¿Por qué los hombres reciben mayores salarios que las mujeres?
La brecha salarial de género se explica por estructuras históricas y culturales profundamente arraigadas que han devaluado tradicionalmente el trabajo femenino. Durante siglos, se ha asignado a las mujeres la responsabilidad del cuidado de los hijos, enfermos y ancianos, así como las tareas domésticas, actividades que suelen ser invisibilizadas o poco valoradas económicamente, limitando significativamente sus oportunidades de crecimiento personal y profesional.
Además, la discriminación de género presente en los procesos de contratación, promoción y evaluación laboral contribuye a que las mujeres queden relegadas a empleos de menor jerarquía y remuneración, perpetuando así la desigualdad salarial.
En Colombia, aunque las mujeres han alcanzado mayores niveles educativos y aumentado su participación en el mercado laboral, especialmente en empleos informales, continúan enfrentando condiciones laborales desiguales respecto a los hombres. Por ejemplo, entre abril y junio de 2024, la tasa de desempleo femenino fue del 12,7%, mientras que la de los hombres fue del 8,7%. Asimismo, la tasa de ocupación femenina llegó al 52,3%, muy por debajo del 69,9% masculino (DANE, 2024). Estos datos reflejan no solo una menor inserción laboral femenina, sino también la dificultad para obtener trabajos de calidad con salarios justos, generando una diferencia salarial en la que las mujeres ganan un 6,3% menos que sus pares masculinos (DANE, marzo de 2023).
La penalidad por maternidad profundiza aún más esta brecha salarial.
Uno de los factores más determinantes en la desigualdad salarial es la penalidad por maternidad. La desigual en la distribución de las tareas domésticas y de cuidado, considerada socialmente como una «condición natural» para las mujeres, limita considerablemente el tiempo disponible para que puedan participar plenamente en el mercado laboral o avanzar en sus carreras. Esta carga desproporcionada condiciona sus decisiones laborales, frecuentemente orientándolas hacia empleos a tiempo parcial, que suelen estar peor remunerados, y hacia sectores laborales feminizados y socialmente menos valorados, especialmente aquellos vinculados al cuidado.
Soluciones para cerrar la brecha salarial de género
En definitiva, la reducción efectiva de esta brecha salarial requiere de políticas públicas integrales, una redistribución equitativa de las tareas familiares, mecanismos transparentes de evaluación salarial, y cambios culturales profundos que reconozcan el valor del trabajo realizado por mujeres. Aumentar la participación económica de las mujeres es clave para amplificar sus voces y configurar las decisiones que las afectan de manera directa.
Como señalan diversos expertos, los países simplemente no pueden darse el lujo de dejar de lado a la mitad de su población con capacidad laboral.
¿Qué es la brecha salarial de género?
La brecha salarial de género es la diferencia que existe entre los salarios promedio que reciben hombres y mujeres. Para calcularla, primero se resta el salario promedio de las mujeres al de los hombres, y esa diferencia luego se divide entre el salario promedio de los hombres. Este resultado indica cuánto menos ganan las mujeres respecto a los hombres por realizar trabajos equivalentes.